jueves, 20 de octubre de 2011

-Las flautas no suenan...

- O es que tú no las sabes escuchar.

(Necesito pensar (Y a alguien que escuche mis silencios.)  Y título para todos aquellos que no aprecian un sonido dulce, que no quiere molestar, sino aportar un toque de gracia.)

 Lo acabo de hacer ahora, por distraerme un poco a la misma vez que pensaba en como escribir todo esto.

Hay cosas que siguen desmoronándose. No voy a malgastar fuerzas intentando que no lo hagan. Estoy cansada de ser la opción B del asunto.
Por otra parte, tampoco pienso cargarle todo mi peso a esa nueva sonrisa con patitas que se acaba de meter en mi vida. Solo quiero que me escuche. Sé que sabe como me siento, pero ahora necesito sentirme arropada, más que otra cosa. Y que razón tenía quien dijo que por el mismo sitio por el que entra el amor entran las dudas.
Nah, no pienso ni en broma que vaya a ser para toda la vida ni memeces por el estilo. Siempre estoy en las nubes, pero soy realista en eso. Tengo 17 años, solo 17. Y voy a disfrutarle al máximo, quiero tener momentos que recordar. Además, creo que nunca había tenido una relación tan sincera, pero no me gusta que adivine todo lo que pienso. ¿Donde quedó la magia de descubrirse poco a poco? En cierto modo, la culpa también es un poco mía, esto es cosa de dos. Nos empeñamos en construir la casa por el tejado, y tenemos que atenernos a las consecuencias. Quizás en vez de una casa nos salga un barco, pero al menos nos habremos divertido.
Y sé que ahora estoy en modo negativo, mañana se me pasará.
Veremos Amélie. Él por primera vez, yo puedo cantar los diálogos.

Luz apagada, pantalla encendida. Vela derretida, olor a fresa, y un poco de chocolate que me endulza los sueños antes de acostarme.

Y suena... :



Apaguemos los motores por hoy...


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