jueves, 3 de noviembre de 2011

Canta la de que el tiempo se parara...

Un pájaro pía. Y otro. Que pesados, tendría que haber cerrado la ventana hace rato.
Joder, ya vuelvo a estar pensando otra vez, ¿vuelvo a estar despierta? ¿y con qué mierda he soñado otra vez? espero que no con él. Estoy abrazada a algo, mi hipopótamo rosa. Hecha una bola, enrollada entre las sábanas y tengo los brazos helados. Me estoy acurrucando más, soy imbécil. Me va a doler todo. Media vuelta, mesita, alargo el brazo y cojo el móvil, miro con un ojo. ¿Las doce? Lo vuelvo a mirar, siempre fallo a la primera, y vuelve a su sitio. Boca arriba, abro los dos ojos, entra luz. El techo está blanco, y enfrente, un armario lleno de letras que me animan cada día. "¡Que ya estaba hasta las tetas de poetas de bragueta y revolcón, de trovadores de contenedor!". Arg, lo estoy. Me duele la cabeza, quiero llorar. Y quiero vomitar, no sé si por los nervios, o porque aún no he conseguido eliminar todo el alcohol de mi cuerpo. Intento pensar en todo, pero no puedo. ¿Vuelvo a dormir? No, es tarde. Vamos a ver, tengo que pegarme una ducha, pero el termo no va y el agua está helada.
Vuelo a coger el móvil, miro el tuenti, el facebook, sin quitarme la manta de encima. ¿Lo más interesante? unos comentarios en fotos de la noche de halloween, en las que sale él. Que alegría, verlo nada más despertarme (ironía).

Al rato viene mi padre, tampoco puede hacer que haya agua caliente. Y me he quedado a medias en la ducha, agua fría que me ha agitado todo. Y mientras tiritaba, he decidido que ya estaba harta de tener que aguantar todo lo que siento dentro. He salido aún mojada, y he encendido el ordenador. Se ha conectado al poco tiempo, y le he soltado todo. Y podría haber continuado, pero creo que ya bastaba. ¿Y qué es lo más chocante? Que quiere que sigamos siendo amigos. Creo que le ha entrado por un oído y le ha salido por otro.

Que gilipollez pretendo haceros entender, sin saber muy bien de que va el tema... En realidad, creo que quién lea esto y esté pendiente de cada palabra será capaz de entender como me siento.

Es lo que pasa cuando (emplearía el verbo enamorar, pero no quiero quitarle prestigio a esa palabra) digamos que te gusta mucho mucho alguien. Y a cabo de un tiempo, descubres la otra mitad de ese alguien, que es totalmente distinta y no te gusta. Pero le quieres, te hace sentir genial, y es lo que importa. Y luego te hace sentir como una mierda, y es cuando escribes todo esto. Aunque ahora no escribo por eso, sino por organizar mi cabeza.

Ahora son las 2:41 de la mañana, y estoy pensando en las cosas que voy a hacer para ocupar mi tiempo y no pensar más.

1) Aprender a tocar algo más con la guitarra.
2) Preparar unas partituras para mi dulce flauta.
3) Comprar material para volumen. Adoro ir a las tiendas de bellas artes, huele todo genial.
4) Patinar.
5) Escribir la letra de dos canciones
    a) "Aceras de algodón" que seguramente escribiré en valenciano, en honor a las largas noches de conciertos.
    b) "Bragas en el pasillo". Sí, eso es. Un título patético, pero con el que quiero reflejar lo que es llegar a casa sin que nadie sepa donde has estado, ni lo que has hecho, y encima te pidan que hagas cosas que puedes hacer en cualquier otro momento.

6) Hacer un esquema sobre como me siento cuando me enamoro, paso a paso, sobre mis relaciones, con el que me entenderé mejor (en proceso). Sí, lo subiré.


Todo esto viene por la noche de Halloween. "X" habla conmigo después de algunos días eternos. Me dice que si puede venirse conmigo a celebrar la noche. Claro que sí, nada de malos rollos. Me lo encuentro, quiere un peta, me llama en un rato y nos volvemos a ver. No me llama, no me llama. Lo busco, aparece con  otra chica. El alcohol me provoca un bajón máximo, y lloro sin querer (si Phireh, como siempre). Todos me abrazan, e incluso alguien me presta su mp3. Vuelvo a subir, le busco, le dejo las cosas claras. Al rato me abraza, y me besa. Solo un beso. Bueno, si no recuerdo mal, fueron dos. Y andando andando, llegamos a una cafetería. Mi princesa, "X", y alguien más, desayunamos churros con chocolate. Pillé un tren, y volví a mi casa.
Desde ese instante, hasta esta tarde a las cuatro y veinte, y exceptuando la pequeña charla de "vete a la mierda un poco", ha sido como vivir en el limbo. Horrible, y tengo que leerme un libro en menos de 48 horas que me recuerda esa sensación continuamente. Es lo peor. Lo peor es evadirte de alguien en la vida real, y soñar con él. Te levantas hecha mierda.

 Con la princesa de mi cuento.





Quiero sentir frío. Y calor. Ese calor que me abrasa de vez en cuando.
Ojalá mañana me levante y llueva, o sean las diez de la mañana y haga un sol radiante que me deje ir a patinar y a gritarle al viento un poco.


Canta la de que el tiempo no pasara.
Canta la de que el viento se parara.
Canta la de que el tiempo no pasara, donde nunca pasa nada...



Por cierto, no sé ya quien lee esto o deja de hacerlo. Solo pido, que si alguna vez tengo el placer de coincidir con vosotros en mi vida, me deis un abrazo. Gracias por adelantado.

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