Sombras

Después del fin de semana pasado, que dudo que hubiese podido surgir algún inconveniente más, me agarro fuerte al primer clavo ardiendo que se cruce en mi camino.

Buena noticia; mp4 nuevo. Música por todas partes, que se echaba de menos.

Pero empiezo a hartarme de las falsas apariencias de las personas. Soy yo la primera con doble máscara, como el rimel, pero esto llega a ser tan exagerado.

Por una parte, están las amigas que van de amigas super-chachis-pirulis por avisarte cuando quedan, pero que no te cuentan nada de su vida, no se ni porqué. Eso de que no confíen en mi, no mola nada.

Por otra parte, pago mi mal humor con los de siempre, tengas o no la culpa. Lo siento gente.

El camello de la clase sigue tocando las pelotas, y las risas de fondo solo paran cuando necesitan que les deje mis pinturas.


Tengo miles de dilemas rondando por la cabeza:

1)¿El nuevo saludo para conocer a alguien es "Hola, no soy virgen, fóllame."?
2)¿Debo de ser yo misma y aguantar que me llamen rara, o disfrazarme y dar falsas apariencias para que la gente no pregunte?
3)¿Por qué hay tanto gilipollas suelto que no para de meterse con los demás sin motivo alguno?
4)¿Que puedo hacer para que se me oiga, y se respete la libertad de expresión en un sitio, en el que si no opinas lo que opina la mayoría, tu voz no cuenta?
5)¿Por qué nos dejamos guiar tanto por las apariencias y no llegamos a conocer al profundo ser que se encuentra bajo ellas?
6)¿Desde cuando ser diferente es sinónimo de ser raro?
¿Por qué debemos de seguir estereotipos y no dejar que fluya la diversidad?

Son demasiadas preguntas, y otras que no he mencionado, y por desgracias, no tengo el suficiente tiempo para responderlas todas.

Lo único que quiero es que se respete al individuo por como es, no por lo que es. Da igual si es Ruso, Español o Saharaui, da igual si le gusta vestir de marca o de mercadillo, da igual si prefiere unas zapatillas antes que unos mocasines.

Si queremos mejorar esto, debemos de abrirnos a nuevas experiencias, sin tener miedo a estas, y aunque no compartamos, hemos de respetar.



Otro día más, que el sueño apremia.