Como en todas las películas, hay un protagonista, que ya sea bueno o malo, es el que desarrolla toda la trama.
Le acompañan los personajes secundarios, que suelen ayudarle o le acompañan en los momentos más difíciles.
Está el malévolo oponente, que intenta fastidiar todo lo que pueda llegar a conseguir el protagonista. Éste también está acompañado, la mayoría de las veces, por varios secuaces.
Después están esos personajes, que aunque aparecen en casi toda la película, no desarrollan un papel importante.
Otros, aunque aparecen apenas unos segundos, son cruciales en el transcurso de la historia. Con una frase pueden dar comienzo o finalizar cualquier acontecimiento.
Y luego existen esos personajes, que solo están ahí para ocupar espacio, alegrando un poco los diferentes escenarios por los que se mueve el protagonista.
Creo que a estas alturas, cada uno ya debería de saber que papel desempeña en la función.
Dudo mucho que pudiese encontrar alguien con quien identificarme mejor que con Amelie Poulain.
Aprovechar cada detalle, cada minúsculo color, sonrisa, nota...
Lo que daría ahora por volver a París. Sabía que lo echaría de menos, aunque en ese momento no lo supiese aprovechar.
Quiero que llueva, y que alguien me acompañe a tomar un gofre con chocolate mientras hablamos de, yo que sé... las nubes, en un día de color naranja.
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Voro, no te olvidaré. 07-12-10
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