martes, 31 de enero de 2012

Capturé el mejor instante.

El momento en el que sonrió. Y me paso minutos a lo tonto mirando y requetemirando, y alguna vez me empano, y alguna que otra vez lloro. Y me hago preguntas, demasiadas. No lo entiende, y me canso de explicarlo.

Tengo su sonrisa.
Y también dolor de garganta (¿fiebre? creo que de momento no.)
Y ganas de correr en pelotas con la música bien alta.

Dicen que no hay que arrepentirse de nada de lo que hacemos porque de todo se saca algo bueno.
Tengo un puñadito de momentos que hacen que se me encoja el estómago y además, a ella, que es wonderfulosa. He de pensar en eso.




...me encanta pasar el día perdida entre museos y calles con balcones preciosos, chafando charcos e intentando volar un poquito :)

Si ho lliges, ets molt gran, senyoreta K., de veres!



martes, 17 de enero de 2012

Vacío mi cabeza.

Eso es, ese enorme cajón desastre que llevo demasiado tiempo sin ordenar. No lo estoy haciendo como debería. Voy a vacíar todos los jodidos cajones, y a ver qué narices es lo que no funciona. No pienso irme a dormir hasta que no haya conseguido solucionar algo. Y voy a preguntarme todo acerca de lo que me haga dudar. ¿Por qué? Porque intento continuamente ser feliz, y no lo consigo. Todos los días son grises, excepto por algunos puntos de color a los que no sé como darles las gracias. Me da la sensación de que muy poca gente me entiende, y joder, sé que es normal entre la gente de mi edad, estamos todos hormonados. Pero lo único que quiero es sentirme bien, y si para ello tengo que hacer estas monumentales chorradas, pues lo haré.
Porque saco de contexto cualquier cosa en mi vida, quiero transformarlo todo para hacerlo a mi manera y ser feliz, y hay cosas que son realmente difíciles de cambiar. Y por unos motivos o por otros, siempre estoy de morros con alguien, y quizás con quienes más han dado por mi y quienes menos tienen que sufrir las consecuencias.

Empiezo por el verano. Conocí a gente estupenda, un punto a mi favor. Lo pasé de puta pena, pero pensé que se solucionaría más tarde. ¿Por qué de puta pena? Porque me enganché demasiado a una de las personas que más he querido en toda mi vida, [V] a una de las pocas de las cuales no me he arrepentido de conocer. Y por motivos suyos, volví a estar sola. Pero parece que entre risas, amigos, música y algo de alcohol fui apartando ese problema, como siempre. Es decir, cuando algo me molesta y no me deja dormir, me limito a buscarme preocupaciones absurdas o a ocupar el poco tiempo libre que tengo para no darle vueltas, o no plantarle cara al asunto. Pero pasemos al siguiente punto.
Conocí a un tío increíble[S], con él se esfumaron todas las telarañas que tenía en mi cabeza, volví a sentirme bien, y pensé que quizás (aunque fuese por un tiempo, que efectivamente, lo fue) tendría alguien en quién apoyarme incluso en las peores situaciones, en todos los sentidos. Y no quiere decir que tuviese unos problemas enormes como los que haya podido tener unos años atrás, sino que simplemente hacía que no tuviese esa tristeza congénita, me hacía sentirme bien solo con decirme que le apetecía hablar conmigo, o con que se riese por cualquier tontería. Y lo sigo teniendo, aunque no del mismo modo, por eso no pienso quejarme de ese personajillo ni de sus mofletes, porque ya hace falta tener un par de huevos para aguantarme cuando estoy pesada.

Vale, aquí viene la primera duda. ¿Me gustó [S] realmente o fue el empujoncito que necesitaba para olvidarme de [V]? Creo que un poco de cada. El tiempo ha conseguido solucionar un poco esto: [V] sigue siendo un gran amigo, como siempre lo ha sido, y lo quiero una barbaridad. [S] también lo es, pero aquí viene otro problema, y es que cada día tengo más ganas de pasar tiempo con él. No sé si es porque creo que el conseguirá volverme a hacer sentir feliz (como si en cierto modo quisiera hacerle responsable de esa tarea, como si fuera a "utilizarlo" en cierto modo, y no quiero hacerlo ni en broma) o porque realmente he descubierto que es la persona que andaba buscando, esa mezcla entre la sal y el azúcar. Supongo que solo es que lo aprecio muchísimo, porque realmente lo paso genial con él y puedo compartirlo todo. Lo que no quiero es pillarme más, cagar otra vez el asunto, y encima dañar a terceras personas que son geniales también. A todo esto cabe añadir el pequeño hecho de que yo no sé demasiado bien que pinto en la vida de [S], no sé si debería preguntar o hasta que punto, o simplemente darme la vuelta y hacer como que nada ha pasado. Y por otra parte, pienso mucho en como pueden sentarle a él las cosas, pero... ¿y yo qué? Debo de ser un poco egoísta, pero no sé hasta que punto. Lo que más me fastidia de todo esto es que como no sepa controlarme, decidir y aclararlo todo, alguien puede salir herido, y es lo que no quiero por encima de cualquier cosa.
Esta situación es una de las causas que creo que me provoca la sensación de no saber a donde ir ni que hacer, de sentirme inestable todo el tiempo, de sentir que todo se derrumba.
Creí que lo que necesitaba era una pareja estable en quien confiar, y ahora no estoy segura ni de eso. A veces soy como una bomba que explota cuando y donde no debe.

Segundo punto: Mis padres. Sé que dan todo por mi, soy muy consciente de ello. Y aunque no les agradezca todos los días todo lo que hacen, saben que lo aprecio, o lo sabrían si me conocieran. Y ahí es donde está el problema, en que pese a que les cuento todo lo que me pasa, no entienden nunca como me siento, y le quitan importancia a lo que les digo. Y sé, que el hecho de no saber donde ir comparado con tener que llenar una nevera es insignificante, pero ya tendré tiempo de preocuparme por mantener bocas. Ahora lo único que quiero es vivir, sin complicarle la vida a los demás. Y eso parece que sea una tarea demasiado complicada.
Pensé en irme un fin de semana lejos, con amigos o sola, para pensar, valorar lo que echaba de menos, disfrutar de mi libertad (ha sonado muy poético) y sentir que soy capaz de conseguir lo que quiero por mis propios medios. Pero no pueden llevarme a ningún sitio, no hay dinero, y lo entiendo. Solo les pido que me dejen irme, que con mis ahorros me quiero pagar la entrada a un festival de música. Y me dicen que no,  un "no" rodeado de argumentos estúpidos. En resumen, que no voy porque soy una chica, y tienen miedo. Ese miedo que tendrán también cuando tenga 21 años y me quiera ir a Barcelona, pero eso viene luego.
Son incapaces de comprender que ese dinero que no me gasto en ropa, me lo gasto en vivir, en que no quiero irme todos los sábados a cualquier discoteca a rodearme de tíos que me soben y no me pregunten ni como me llamo, sino que quiero saltar con mis amigos notando el punteo de una guitarra, de que no me hace falta estar siempre guapa y presentable, sino que con mis vaqueros y mis converse puedo llegar donde quiera. Piensan que el festival es un capricho, cuando para mí es la excusa que necesito para desahogarme y darme una oportunidad otra vez. TEMA POR RESOLVER... no sé por donde empezar aquí.

Tercer punto: Mi cambio. Ya llevaba muchísimo tiempo, y me refiero a años, queriendo conseguir lo que estoy consiguiendo. Y eso es lo que me anima a seguir hacia adelante día a día, pensar que si he podido conseguir lo que más quería, puedo conseguir muchas cosas más.
Empecé por cambiar de compañías. Creo que es la mejor decisión que he podido tomar en mis 17 años. Me desprendí de gente que no me hacía sentir bien para rodearme de gente que realmente me aprecia, y me echa de menos.
Seguí por desprenderme de enfermedades que no me dejaban vivir, y me costó muchísimo. Creo que ha sido el mayor esfuerzo que he hecho nunca, y ha merecido la pena.
Y continuo moldeando mi carácter, haciéndome más fuerte día a día y adoptando nuevas perspectivas. Me informo, intento ser consciente de lo que pasa alrededor, de ayudar a quien quiero, de madurar un poco en todos los sentidos. Poco a poco lo voy consiguiendo. Y luego, pequeños actos como el hecho de cambiar toda mi habitación, mi ambiente, cambiarme de instituto, conocer a gente nueva e ir a sitios geniales hacen que note hasta que punto puedo cambiar mi vida si quiero.

Cuarto punto: Mis planes de futuro y mis ideas. El hecho de que cuando discutí con mis padres no tuviese ningún sitio donde huir, me hizo pensar en que no sé cuando podría hacerlo y a dónde. Seguramente no pueda realizar algunos de los planes que llevo años tramando. Quería sacarme el carné a los 18, no puedo. Quería hacer algún viaje para celebrarlo, aunque fuese a unos cuantos kms de aquí, y tampoco puedo. Quería irme a estudiar a Barcelona, no creo que pueda. Son cosas que desmotivan mucho, pero tampoco puedo hacer demasiado por cambiarlas...

En definitiva:
1) Chicos
2) Padres
3) Yo, y mi cambio. Tengo que aprender a entenderme.
4) Futuro.


Aunque bueno, siempre pienso que podría ser peor, y la verdad es que este año las cosas van bien dentro de lo que cabe. Digamos que he empezado una segunda fase de mi vida, en la que he elegido guardar las cosas buenas de la primera pero puedo empezar a disfrutar y a aprender de otras. Además, de que aunque me está costando una pasta, estoy estudiando por fin lo que me gusta, y he conocido a gente realmente increíble gracias a ello. La nueva rutina hace que me sienta más independiente y con más ganas de llevar las riendas.

He aquí la lista de cosas que quería ir haciendo, y que ya he hecho:

1. Desprenderme de gente que no me hacía sentir bien [x]
2. Encontrar a gente con la que pueda ser yo misma [x]
3. Ganar confianza en mi misma [En proceso, poco a poco]
4. Perder peso, verme bien [x]
5. Pintar mi habitación, darle otro enfoque a mi ambiente [x]
6. Aprender a tocar la guitarra [Ando en ello...]
7. Encontrar pareja []
8. Unirme a algún partido político o a alguna asociación en la que sienta que puedo cambiar las cosas []
9. Sacarme el carné de conducir []
10. Encontrar trabajo []


Pues esa es la lista de las cosas más importantes que se me han ocurrido. Y tengo que empezar a solucionar los temas pendientes. Si no lo hago yo, nadie lo hará por mi...


Y después de todo esto, ¿Qué hago? Pues llorar, porque están todos durmiendo y ahora no tengo que poner buena cara. Siento que pagan los platos rotos gente que no se lo merece.